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El marketing digital y su historia


La publicidad más antigua de la historia se conserva en el Museo Británico de Londres, y es un papiro egipcio en el que puede leerse la promesa de media pieza de oro a quien dé información sobre un esclavo que escapó en la ciudad de Tebas hace casi tres mil años.

Con el transcurrir de los siglos hubo diversas formas de divulgación en las principales civilizaciones que han florecido en el planeta, pero fue al aparecer la imprenta cuando la publicidad moderna adquirió más o menos su forma actual, y hay que decir más o menos porque con Internet todo cambió.

Hasta principios de la década de 1990, las grandes marcas gastaban millones de dólares para hacer publicidad solo en medios como la televisión, y se separaban años luz de los pequeños emprendimientos. Hoy una pequeña tienda puede competir con un monstruo gracias al auge de lo local y al marketing digital.

Cuando hablamos de marketing digital nos referimos a los procedimientos para hacer publicidad efectiva a través de la Internet, bien sea para dar a conocer nuestra marca y crear fidelidad o para propiciar ventas directamente.

El marketing digital comenzó su auge con el uso de los banners de publicidad y el envío de correos electrónicos con promociones y ofertas. Sin embargo, el término abarca cada vez más procedimientos.

En todo caso, hay algunos que son ineludibles para llevar a cabo una campaña de promoción por Internet: el marketing digital local, el marketing de contenidos y la gestión de redes sociales... tres pilares a los que se suman el siempre efectivo uso de banners teledirigidos y el retorno del email marketing.

Pero hablemos de cada uno para entender por qué las empresas de la actualidad están urgidas de estas técnicas.

Marketing digital local

Cada vez que alguien necesita comprar algo en las principales ciudades del planeta lo busca en Internet, más específicamente en Google. En ciudades como Buenos Aires, el número de búsquedas de este tipo están en 70% de la población, y lo más interesante para todos los emprendimientos es que detrás de cada búsqueda de un bien o servicio hay una intención real de compra.

El marketing digital local consiste en posicionar a las empresas en lo más alto de las búsquedas en Internet, pero va mucho más allá: si alguien escribe "flores" o "comprar flores" en el buscador, este procedimiento ubicará en los mapas virtuales el lugar específico de la tienda física y hasta dirá a la persona a cuántos pasos del lugar de donde busca está lo que quiere.

Marketing de contenidos

Esto es lo que evidencia la experiencia y la pericia de una empresa en su área. Si una pyme divulga información sobre lo que hace y cómo lo hace, sin intenciones obvias de facturación, el público la convertirá en un referente en su rubro.

Gestión de redes sociales

¿Por qué hay que estar en las redes sociales? Porque es donde están los posibles clientes interactuando de forma permanente. Si ofrecés productos para adolescentes, tenés que estar en Snapchat con contenidos atractivos e impactantes. Si lo tuyo es algo más profesional, concentrate en Twitter y LinkedIn. Y sea cual sea tu rubro siempre tené Facebook. Estudios hechos por Instagram --en la que hay que estar para todo lo relativo a lo bello y a la imagen-- demostraron que las personas son muchísimo más propensas a comprar productos de las marcas que siguen en las redes sociales.

Email marketing

Esta es una técnica que dieron por muerta a principios de 2005 y que hoy ha vuelto con fuerza, solo hay que saberla hacer. La segmentación de los públicos que tenemos desde 2010 es tan fuerte que el email marketing es capaz de llegar específicamente al tipo de personas que en serio va a tomar en cuenta la adquisición lo que se les ofrece por correos electrónicos. La era del spam está siendo superada poco a poco y la batalla no termina.

Banners publicitarios

Hasta la década de 1990 --y todavía ocurre-- quienes invertían en televisión corrían el gigantesco riesgo de que los espectadores cambiaran de canal al comienzo del segmento publicitario. Hoy empresas como Google o Facebook conocen los gustos de la persona que está en la computadora y les muestran solo banners de temas afines mientras disfrutan de sus páginas, videos o contenidos en general favoritos.

En uno de sus ensayos filosóficos Voltaire se burló de las Escrituras porque calculó que, según estas, las pirámides de egipto habrían sido hechas solo 400 años después del diluvio universal. Si voltaire hubiese visto aunque sea de reojo todo lo que se avanzó tecnológicamente entre 1850 y 1980, habría pensado diferente. Ni hablar de lo que ocurrió y sigue ocurriendo desde que la Internet llegó a nuestras vidas.

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