
WhatsApp anunció que hasta el 31 de diciembre de 2016 será compatible con Blackberry. La decisión parece poner fin definitivo a una etapa que inició cuando "dame tu pin" era la frase más popular del mundo y que comenzó a languidecer con la aparición del primer IPhone de Apple y la posterior puesta en escena del sistema Android.
Esta noticia nos recuerda cómo la gigante finlandesa Nokia fue reducida a polvo en cuestión de cinco años y cómo empresas que un día valen mil millones de dólares pueden hacerse añicos pasado mañana. La lección que estas circunstancias nos deja parece sencilla: así son estos tiempos y hay que adaptarse.
Scott DeLong, un joven de una zona rural de Ohio, fundó él solo en enero de 2014 una web de nombre Viralnova. En agosto de ese mismo año, su página había superado los 100 millones de visitas mensuales y él era absolutamente rico. ¿Siguiente paso? ¡Venderla!
¿Por qué vender un negocio que te puede seguir produciendo un montón de dinero? Porque el éxito es un ratito y lo más seguro es que eso cambie y él termine endeudado.
En la única entrevista que ha concedido, a DeLong se le preguntó su opinión por la negativa de los dueños de Snapchat de aceptar los 4.000 millones de dólares que les ofreció Google por la red social. La respuesta de joven fue simple: "Idiotas. Son unos idiotas".
Internet nos ha enseñado que los tiempos de vacas gordas pueden trocarse en desgracia de un momento a otro. Los gustos de la gente pueden variar una barbaridad y nadie tiene cómo darse cuenta. ¿La solución? Hay que conocer el mercado para saber cuándo salirse y cuándo no. Los dueños de Google pudieron haberla vendido hace años en un millón de dólares, y menos mal que no lo hicieron porque ahora estarían lamentándose. Fue el conocimiento del entorno lo que les permitió predecir que podía irles mejor. Pero, ¿eso es todo? ¡Claro que no!
Al conocimiento es necesario aplicarle marketing, estrategias, acciones, posicionamiento de marca y mucha tecnología. Hoy quizá su panadería vende como ninguna… pero mañana no se sabe. Si no, pregúntele al llamado "Rey del Pan", Pepe Navarro, que pasó de vender millones y tener 500 empleados, a comenzar desde cero como panadero raso por no adelantarse a las jugadas del mercado.
Lo mismo aplica a todo tipo de tiendas por pequeñas que sea. No se descuide.
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