Adejemi Ajao, uno de los pocos españoles que puede presumir de haber montado dos startups y haberlas vendido con éxito, dijo al diario Cinco Días que pese a que empresas como Facebook, Twitter y Google "se matan entre sí" por tener a los mejores expertos en manejo e interpretación de datos a gran escala, las empresas que compran esa información aún no han logrado capitalizarla.
Por eso no cree que toda empresa deba tener un departamento de big data.
De hecho, 70% de las empresas que les compran a las redes sociales la información que les regalan sus millones de usuarios afirman que la usan a duras penas pese al mucho tiempo que le dedican.
A juicio de Christian Pomar, Sales Manager Systems Integration de T-Systems, el big data "es algo muy parecido al sexo en la adolescencia: casi todos dicen que lo han probado pero muy pocos lo han hecho en realidad".
En todo caso, todos saben, como los adolescentes frente al sexo, que se trata de algo muy bueno que deben seguir intentando conseguir.
Lo interesante del big data es que las dificultades de su aplicación en lo macro han demostrado lo viable que puede ser para las pequeñas y medianas empresas. Una tienda, por ejemplo, con los datos adecuados podría saber en tiempo real cuáles son las horas en las que tiene más clientes, qué productos vende más y hasta predecir el comportamiento de sus consumidores.
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